De la mente genial de un fabuloso médico surge una maquina de la muerte “la guillotina”, por ilógico que parezca, se considera “humanitaria”, pero ¿qué tan humanitario puede llegar a ser descargar 60 kilos de peso sobre una afilada cuchilla que el segundo arranca sin piedad la cabeza de quien por cometer un error se hace merecedor de la muerte?
Sólo Dios sabe qué paso por la cabeza de un hombre que estudió para salvar vidas, pero que con su invento puso fin a cientos de ellas.
Es difícil concebir que alguien tiene derecho sobre la vida de otro, y más aún que dedique tiempo para maquinar sobre la forma en que pretende tomar el papel de Dios en la tierra ahogando de un cuchillazo el último suspiro de vida de un ser humano. Imagino a los pensadores y justicieros de la época decidiendo si les resultaba más útil volar en mil pedazos la base de quien “no merecía vivir” o asfixiarlo hasta la muerte, o si para ser más humanitarios, le robaban la vida y la cabeza en la guillotina.
Pero no quiero pecar de anacrónica, comparando lo que pienso hoy en pleno siglo XXI con lo que consideraban correcto en 1789. La historia y la humanidad han cambiado tanto que me es imposible tildar de injusto a Robespierre, aunque no me impide reflexionar y cuestionar sobre sus actos, finalmente ese médico que pretendía hacer menos intenso el dolor de la muerte, terminó padeciendo por su propio invento que con el tiempo hizo que la decapitación se considerara una expresión democrática, una herramienta política y un avance tecnológico para quienes buscaban un buen castigo para delincuentes y criminales que “no eran dignos de vivir”, aunque en este punto también me pregunto ¿Quién era más villano, más criminal…el condenado a la decapitación o quien sin piedad dejaba que la cuchilla cortará la cabeza del condenado y en un parpadeo robara su vida?
La respuesta es personal. Cada persona puede considerar la guillotina como una ejecución justa o injusta, lo único verdadero es que entre el cielo y la Tierra no hay nada oculto, y si bien la justicia terrenal no es del todo convincente nadie se salva de la justicia divina. Y como dicen por ahí, el que la hace la paga…por lo que el doctor Joseph Ignace Guillotin terminó con su cabeza a unos metros del cuerpo.
miércoles, 18 de noviembre de 2009
Robespierre, victima de su propio invento
Publicado por Fernanda Morales en 12:15 0 comentarios
domingo, 15 de noviembre de 2009
LA CONCIENCIA DE UN GRANDE: NAPOLEÓN BONAPARTE.
Los cambios tan radicales que proporcionó el Antiguo Régimen, dejaron al país en condiciones catastróficas, y sus habitantes pedían a gritos la remodelación de los diferentes estamentos de los que eran excluidos por su clase social o sus ideologías, para esto pensé seriamente en establecer un cambio en la educación, pensando en grandes y en chicos, dando la oportunidad a ricos y pobres, abriendo las puertas a nuevas ideas y explorando nuevas inteligencias. Mi principal proyecto fue crear una educación por niveles que se organizaría en un nivel primario, otro secundario y uno superior, de esta forma garantizar a la urbe un progreso intelectual que lógicamente incidiría en la evolución de la patria. Fundé por otro lado, instituciones como la École Normale, en Institut de France o la Universidad de Francia que intensificaron la preparación de grandes investigadores.
El arte fue otra de mis preocupaciones, quise empezar a convertirla en una gran cultura digna para las masas, y así junto con grandes artistas las obras se expusieron en lugares accesibles para todos, haciendo de este hecho otro de los avances más novedosos en Francia. De esta manera nació el “le musée public” cuyo icono más importante fue el museo de Louvre, instaurado en París que en algún tiempo fue propiedad de los monarcas.
Mi legado de educación y perfeccionamiento marcó definitivamente a la sociedad, no sólo francesa sino europea, dándole un mayor nivel de intelectualidad y progreso cultural. Para muchos de mis admiradores fui considerado como “El Monarca Iluminado» debido a mi extraordinario talento y capacidad de trabajo. En mi conciencia sólo retumba el sentimiento de satisfacción, que cualquier grande como yo desearía poder tener.
Publicado por Lina Ortegon en 4:28 0 comentarios
sábado, 7 de noviembre de 2009
Una Pelicula de Horror
CORTE!, en un tono malhumorado gritó el director.
En los estudios de Summit se estaba grabando una de las más terroríficas películas jamás escrita, sangre, sufrimiento, oscuridad eran elementos presentes durante todo el filme.
El escenario central fue Francia, y el contexto social ambientado en el año de 1793 a 1794, justo después de culminar con la revolución francesa.
Escena 4 : los aristócratas son ejecutados en la guillotina, una mujer llora, ríos de sangre inundan Paris, miles de cabezas ruedan por las calles de la destruida Francia. Maximilien de Robespierre en su trono en la plaza de la revolución de París, ordena que los revolucionarios sean decapitados.
Escena 17 : Entra María Antonieta con las manos amarradas, es arrojada a los pies de Robespierre quien con tono triunfal grita a todo pulmón, - hoy 16 de Octubre de 1793 tengo el placer de mandar a la guillotina a la mujer más corrupta, y ambiciosa…¡ que muera !. - , rueda la cabeza de María Antonieta y Robespierre la toma en sus manos como símbolo de poder.
Escena 24: Explosiones, humaradas, gente desesperada corriendo y huyendo por todas las calles, cientos de cadáveres en el suelo, suena una carcajada jovial. Robespierre sigue matando sin compasión ya van 40 000 muertos entre decapitados y asesinados.
Entra por izquierda Napoleón Bonaparte en su caballo con un ejército dispuesto a derrocar al causante del horror, se desata una guerra, el miedo cobija a los restantes sobrevivientes que se unen a Napoleón, con el fin de acabar con el Reinado del Terror.
Escena Final (30): Robespierre es apresado y levado a la guillotina, el pueblo lo abuchea, la inmensa estructura de madera que tenía una afilada cuchilla la cual cae sobre la cabeza de Robespierre matándolo al instante.
Napoleón asume el poder, y da fin a toda la revolución. Nace una nueva luz para los franceses, las calles quedan solitarias y con un aire de sufrimiento.
Publicado por Manu Rivera en 5:02 0 comentarios
martes, 8 de septiembre de 2009
Anatolia
Enero de 1545
Respetable Terencio.
Hoy me dirijo hacia usted con la admiración y el respeto que merece, para saludarlo y de antemano a su familia en nombre de toda la corte real.
Sabrá usted de la incomoda situación por la que estamos pasando, debo admitir que no es mi mejor momento, pero no crea todo lo que dicen por ahí, la gente suele exagerar con este tipo de asuntos.
Últimamente han abandonado filas varios de los soldados que compré para mi más reciente conquista que infortunadamente no resultó según lo planeado como supongo se ha enterado. Esta situación me preocupa profundamente, pues cuando me decidí a comprar nuevos soldados se me informó que das arcas del reino estaban casi vacías, razón por la que hoy me veo en la penosa obligación de pedir su auxilio teniendo en cuenta su prosperidad y la de los suyos después de sus últimas conquistas.
Realmente me queda muy poco dinero y las deudas me están asfixiando; sólo cuento con los pocos campesinos, señores y soldados que todavía confían en mí, y para ser sincero con cada día más pocos, y con las humildes posesiones que me quedan, que no son más que joyas de las que me es imposible deshacerme por su valor que trasciende de lo material, mis vestidos, y algunos trofeos de caza.
Por otro lado, las cosechas son cada vez más infructuosas, el clima tampoco me favorece, parece que todo esta en mi contra y por ahora es usted mi único aliado.
Sinceramente temo por mi vida, me siento indefenso por la ausencia de mis tropas y por esta extraña enfermedad que me está robando el aliento, ya ni siquiera cuento con la misma suerte a la hora de cazar, la vejez me robó la buena puntería; del Augusto que conoció hace algunos años ya queda muy poco.
Recuerde que mi futuro y el de mi reino está en sus manos, espero su pronta respuesta…
Augusto
Publicado por Fernanda Morales en 18:19 0 comentarios
Un café con ... Shakespeare
Publicado por Manu Rivera en 17:03 0 comentarios
lunes, 7 de septiembre de 2009
No podía disimular mi asombro ante tanta belleza, no podía distraerme en otras cosas, no quería dejar pasar detalle alguno. Fueron treinta días de diversión, de ansiedad por conocer más, treinta días que me separaron de mi país y que me sumergieron en una nueva cultura y en una nueva historia.
Mi viaje a Europa inició el 19 de julio de 2007. Un vuelo once horas me llevó a mí y a veinticinco compañeras más al viejo continente. La primera ciudad que visitamos fue París, la ciudad luz, allí empezó mi travesía de fascinación y asombro.
Visitamos uno de los museos más importantes del mundo, el museo de “Louvre”. Al entrar, nuestro guía nos dio las primeras indicaciones y un mapa del lugar en caso de alguna emergencia. En este mapa estaba la explicación de cada una de las secciones que podíamos visitar, estas divisiones se daban de acuerdo al artista y a la época histórica que representaba. Nos dividieron en grupos de seis personas y cada uno elegía la sección por la que quería empezar.
En mi grupo todas queríamos ver de cerca el cuadro de la Monalissa, así que fue por esta sección que iniciamos nuestro recorrido. “arte renacentista” este era su nombre, aquí estaban expuestas unas de las obras más reconocidas de los artistas Leonardo da Vinci y Miguel Ángel Buonarroti. Era increíble estar allí, rodeada de tanta grandeza y majestuosidad.
La Gioconda, La virgen, el niño Jesús y Santa Ana, Las bodas de Canaán y La Virgen de las rocas, fueron algunas de las obras pictóricas que recuerdo haber visto de da Vinci en este museo. Cada palabra del quía que nos acompañaba, me recordaba mis clases de arte, pero esta vez era diferente, podía percibir la esencia de las obras y quedaba atónita frente a tanta pulcritud y perfección. Recuerdo cómo nos decía: “da Vinci fue por excelencia el padre del Renacimiento, uno de los mejores pintores de todos los tiempos y la persona que más talentos tuvo en la historia”.
Luego pasamos a la parte de escultura de esta misma sección. Aquí estaban expuestas algunas de las obras de Miguel Ángel, quien fue un importante escultor, pintor y arquitecto de la época, algunos de los trabajos que vi de él fueron: El esclavo moribundo, El esclavo rebelde y una reseña de su obra más representativa El David, que está expuesto en la galería de la Academia de Florencia. Al ver estas esculturas constataba lo que muchas veces había escuchado del Renacimiento, la representación de los desnudos era una de las características más notorias de estas obras, ya que el antropocentrismo había tenido tanto auge en aquella época, también se notaba el espíritu de libertad de los artistas y el empleo de técnicas como el relieve y la perspectiva para darle mayor realismo a sus personajes.
Visitamos otras secciones como la del arte Barroco, las antigüedades egipcias, orientales, griegas, romanas, africanas, asiáticas y americanas. Así finalizo nuestro recorrido por este maravilloso museo.
Nuestro viaje continuo hacia Reino Unido, conocimos Londres, la capital inglesa, allí también visitamos muchos lugares de interés como el Museo de Cera de Madame Tussauds, el parlamento ingles y sus alrededores. Pasaron los días y el recorrido avanzaba. Visitamos países como Holanda, Bélgica, Alemania, Viena, Italia y España. De estos lugares recuerdo especialmente nuestra estadía en Roma, que a mi modo de ver tiene grandes similitudes con Paris en cuanto a su nivel artístico. Allí estuvimos por cuatro días, conocimos la Basílica de San Pedro donde me sorprendí al volverme a encontrar con el espíritu renacentista. Esta Basílica tuvo como uno de sus constructores a Miguel Ángel de quien ya conocía, gracias a nuestro paso por el Louvre; conocí otras de sus facetas, el perfeccionismo de sus construcciones y la destreza que tenía en la elaboración de sus frescos. Aunque en el Renacimiento el Teocentrismo perdió su vigor Buonarroti seguía haciendo obras religiosas pero con cierto aire profano como la Piedad del Vaticano y sus frescos como la Creación de Adán, el Juicio Final, ubicados en el techo de la Capilla Sixtina.
Mi viaje finalizo en España, visitamos Madrid y Barcelona donde recorrimos sus famosos estadios, y museos importantes como el del Prado.
Finalmente llego el día de regresar a nuestra tierra. El 20 de julio en Madrid abordamos el avión que nos trajo de regreso. En el vuelo todas recordamos lo vivido planeábamos lo que íbamos a contar a nuestros amigos, nos tomábamos fotos de despedida, pero sobre todo confirmábamos que nada de esto había sido un sueño, o mejor si, fue un sueño hecho realidad.
Lina María Ortegón Suárez
Publicado por Lina Ortegon en 16:52 0 comentarios