martes, 8 de septiembre de 2009

Anatolia

Enero de 1545



Respetable Terencio.


Hoy me dirijo hacia usted con la admiración y el respeto que merece, para saludarlo y de antemano a su familia en nombre de toda la corte real.

Sabrá usted de la incomoda situación por la que estamos pasando, debo admitir que no es mi mejor momento, pero no crea todo lo que dicen por ahí, la gente suele exagerar con este tipo de asuntos.

Últimamente han abandonado filas varios de los soldados que compré para mi más reciente conquista que infortunadamente no resultó según lo planeado como supongo se ha enterado. Esta situación me preocupa profundamente, pues cuando me decidí a comprar nuevos soldados se me informó que das arcas del reino estaban casi vacías, razón por la que hoy me veo en la penosa obligación de pedir su auxilio teniendo en cuenta su prosperidad y la de los suyos después de sus últimas conquistas.

Realmente me queda muy poco dinero y las deudas me están asfixiando; sólo cuento con los pocos campesinos, señores y soldados que todavía confían en mí, y para ser sincero con cada día más pocos, y con las humildes posesiones que me quedan, que no son más que joyas de las que me es imposible deshacerme por su valor que trasciende de lo material, mis vestidos, y algunos trofeos de caza.

Por otro lado, las cosechas son cada vez más infructuosas, el clima tampoco me favorece, parece que todo esta en mi contra y por ahora es usted mi único aliado.

Sinceramente temo por mi vida, me siento indefenso por la ausencia de mis tropas y por esta extraña enfermedad que me está robando el aliento, ya ni siquiera cuento con la misma suerte a la hora de cazar, la vejez me robó la buena puntería; del Augusto que conoció hace algunos años ya queda muy poco.

Recuerde que mi futuro y el de mi reino está en sus manos, espero su pronta respuesta…


Augusto







Un café con ... Shakespeare



Hoy en un café con ... tenemos la presencia de uno de los más grandes literatos de la historia, William Shakespeare, nacido en Inglaterra a mediados del XVI, me atrevo a decir que es de los pocos dramaturgos de enorme éxito y pionero en el buen teatro, además de ser el mayor creador linguistico. La imaginación inagotable y envidiable forma de hablar y escribir su lengua, son algunas de las características de nuestro invitado de hoy.


.. Bien empecemos con la entrevista ....


1)¿ Cuál cree que fue su mayor aporte a la literatura ?


R: En la época en la que mi desesperada ansia, anhelaba ser liberada, conocí un personaje que me impulsó en mi carrera, Séneca de quien hacían horribles imitaciones, así que decidí poe mi cuenta crear lo que llame dramaturgia inglesa.


2) ¿ Cuál era el centro de sus obras ?


R: Cuando era pequeño solía leer cuentos donde todo giraba en torno a un torbellino de maldad y mi mente se llenaba de pensamientos que rondaban mi cabeza, con la única ilusión de cambiar un poco la literatura, así que en vez de que la maldad y el bien fueran el centro decidí que la belleza y misterio del hombre y la mujer deberian tener toda la atención en mis obras.


3) ¿ Qué busca con su literatura ?


R: Simplemente llevar al lector a un viaje donde sea capaz de profundizar en su propia alma.


4) ¿Qué pretendía mostrar con sus obras ?


R: Quería que mis lectores se sintieran identificados, tanto en las situaciones como en los personajes , lograr una imitación de la maravillosa vida humana.


5)¿ Por qué la tragedia era lo que más solía escribir ?


R: porque con la tregadia mis personajes se desnudaban de alma y muestran sus sentimientos más puros y su verdadera personalidad.


6)¿ Son sus personajes el reflejo de su personalidad?


R: Creo que mis personajes son la adaptación de pensamientos que necesitan ser liberados de la cárcel de mi mente, y más que mi personalidad es lo que pienso.


7) ¿Qué lo inspiro al momento de crear su literatura?


R: La pasión por la lectura y el afan de escribir, me hicieron soñar con una nueva literatura en donde la nobleza y la verdad fueran los facotores que prevalecieran en mi aventura por la inmensa selva de lo que es escrbir.
Manuel Andrés Rivera León

lunes, 7 de septiembre de 2009




EL MUNDO VISTO CON OTROS OJOS

No podía disimular mi asombro ante tanta belleza, no podía distraerme en otras cosas, no quería dejar pasar detalle alguno. Fueron treinta días de diversión, de ansiedad por conocer más, treinta días que me separaron de mi país y que me sumergieron en una nueva cultura y en una nueva historia.
Mi viaje a Europa inició el 19 de julio de 2007. Un vuelo once horas me llevó a mí y a veinticinco compañeras más al viejo continente. La primera ciudad que visitamos fue París, la ciudad luz, allí empezó mi travesía de fascinación y asombro.
Visitamos uno de los museos más importantes del mundo, el museo de “Louvre”. Al entrar, nuestro guía nos dio las primeras indicaciones y un mapa del lugar en caso de alguna emergencia. En este mapa estaba la explicación de cada una de las secciones que podíamos visitar, estas divisiones se daban de acuerdo al artista y a la época histórica que representaba. Nos dividieron en grupos de seis personas y cada uno elegía la sección por la que quería empezar.
En mi grupo todas queríamos ver de cerca el cuadro de la Monalissa, así que fue por esta sección que iniciamos nuestro recorrido. “arte renacentista” este era su nombre, aquí estaban expuestas unas de las obras más reconocidas de los artistas Leonardo da Vinci y Miguel Ángel Buonarroti. Era increíble estar allí, rodeada de tanta grandeza y majestuosidad.
La Gioconda, La virgen, el niño Jesús y Santa Ana, Las bodas de Canaán y La Virgen de las rocas, fueron algunas de las obras pictóricas que recuerdo haber visto de da Vinci en este museo. Cada palabra del quía que nos acompañaba, me recordaba mis clases de arte, pero esta vez era diferente, podía percibir la esencia de las obras y quedaba atónita frente a tanta pulcritud y perfección. Recuerdo cómo nos decía: “da Vinci fue por excelencia el padre del Renacimiento, uno de los mejores pintores de todos los tiempos y la persona que más talentos tuvo en la historia”.
Luego pasamos a la parte de escultura de esta misma sección. Aquí estaban expuestas algunas de las obras de Miguel Ángel, quien fue un importante escultor, pintor y arquitecto de la época, algunos de los trabajos que vi de él fueron: El esclavo moribundo, El esclavo rebelde y una reseña de su obra más representativa El David, que está expuesto en la galería de la Academia de Florencia. Al ver estas esculturas constataba lo que muchas veces había escuchado del Renacimiento, la representación de los desnudos era una de las características más notorias de estas obras, ya que el antropocentrismo había tenido tanto auge en aquella época, también se notaba el espíritu de libertad de los artistas y el empleo de técnicas como el relieve y la perspectiva para darle mayor realismo a sus personajes.

Visitamos otras secciones como la del arte Barroco, las antigüedades egipcias, orientales, griegas, romanas, africanas, asiáticas y americanas. Así finalizo nuestro recorrido por este maravilloso museo.
Nuestro viaje continuo hacia Reino Unido, conocimos Londres, la capital inglesa, allí también visitamos muchos lugares de interés como el Museo de Cera de Madame Tussauds, el parlamento ingles y sus alrededores. Pasaron los días y el recorrido avanzaba. Visitamos países como Holanda, Bélgica, Alemania, Viena, Italia y España. De estos lugares recuerdo especialmente nuestra estadía en Roma, que a mi modo de ver tiene grandes similitudes con Paris en cuanto a su nivel artístico. Allí estuvimos por cuatro días, conocimos la Basílica de San Pedro donde me sorprendí al volverme a encontrar con el espíritu renacentista. Esta Basílica tuvo como uno de sus constructores a Miguel Ángel de quien ya conocía, gracias a nuestro paso por el Louvre; conocí otras de sus facetas, el perfeccionismo de sus construcciones y la destreza que tenía en la elaboración de sus frescos. Aunque en el Renacimiento el Teocentrismo perdió su vigor Buonarroti seguía haciendo obras religiosas pero con cierto aire profano como la Piedad del Vaticano y sus frescos como la Creación de Adán, el Juicio Final, ubicados en el techo de la Capilla Sixtina.
Mi viaje finalizo en España, visitamos Madrid y Barcelona donde recorrimos sus famosos estadios, y museos importantes como el del Prado.
Finalmente llego el día de regresar a nuestra tierra. El 20 de julio en Madrid abordamos el avión que nos trajo de regreso. En el vuelo todas recordamos lo vivido planeábamos lo que íbamos a contar a nuestros amigos, nos tomábamos fotos de despedida, pero sobre todo confirmábamos que nada de esto había sido un sueño, o mejor si, fue un sueño hecho realidad.
Lina María Ortegón Suárez